Dar una vuelta
Escribir es una disciplina para amar, para sacar petróleo desde mis entrañas, para funcionar en cada respiro. Desde niño enseño mi letra; consulto diccionarios para mejorar el ritmo, limpiar el tenor, hacer ajustes y calibrar intensidades. Por muchos años ha estado en sueño. O, mejor dicho, en meditación: Ojos cerrados, labios cerrados. Preparando el momento exacto de entrada en conciencia y enfrentar la hoja en blanco. Escribir es la fórmula de la verdad para tener a la verdad cerca mío, la imagino dentro de un halo coronada con flores vestida de blanco, desconozco si de novia o de virgen. Siempre ha sido mito verla de novia ardiente o virgen dando de amar y mamar a mis labios y a mi lenguaje. Aunque te veo siempre en boca de filosos e ilustres, prefiero pensar que eres una virgen perpetua. Alguien imaginario y escurridizo para quien debe tener los ojos abiertos y la mente puesta en la producción. Eres alguien que en la medida del tiempo, conozco cada vez menos, alguien