A los choros me los como con limón.
Mi trabajo esencialmente trata de responder
preguntas esenciales. Siempre saber por qué? ¿Por qué te miran así? ¿Por qué saludan a veces y otras no? ¿Por qué a la primera te rotean?
¿Por qué te echan el auto encima? ¿Por qué no respetan el paso de
cebra?. ¿Por qué te chispean los dedos?. Y te corren, sin siquiera saber quien
eres. ¿Te has sentido vulnerado en tus derechos sabiendo que hasta el momento,
has cumplido con todos tus deberes?
Tomas conciencia y te das cuenta que te llevas en eso y hasta el vuelto
te lo piden. Pues aquí tengo la solución a todos tus inconvenientes que te
imposibilitan experimentar el normal flujo de las buenas costumbres en tu vivir
y habitar diario. La revuelvo harto con
este asunto y es hasta encontrar lo que me piden. Tanto así que soy buzo
mariscador. Me inicié en el oficio para sondear el fondo de la situación y así
encontrar moluscos comestibles. Ellos me hablan y orientan cuando los engullo o
los reparto. Te cuento. Mira. Todos los días salgo desde mi cabaña, entre la
noche y la madrugada. Tomo el primer bus, me ubico en un asiento y comienzo
ataviarme con el equipo hasta finalmente colocarme la escafandra. En la parada
que me corresponde me bajo del micro convertido en un completo hombre rana, con
gualetas incluidas. Caminando como pato me interno entre la gente, bajo las
escaleras del metro. Pido permiso cuando entro a un carro. Doy las gracias. Me
aceptan. Algunos ya me conocen, me saludan.
En esta forma comienzo la jornada, así
me interno en los barrios profundos, ahí se concentran los bancos de
choros. Estos vivalvos tienen todas las
respuestas, por eso los cotizo, los extraigo y los engullo. Me conocen y cuando
me divisan llegando a las esquinas, se encierran en sus conchas. El tiempo me
ha prestigiado. Soy el buscador de todas las respuestas, esa es mi actividad
laboral. Hasta el momento creo, la verdad esencial de la vida en Chile, está en
los choros. Por lo mismo cuando un ingeniero
está pillado con un cálculo y te sube el presupuesto, me llamas y en mis choros estará la respuesta. Cuando el
personal sanitario tiene la cura de deteminada patología, pero no te la quiere
dar, me llamas y en mis choros estará la respuesta. Cuando un abogado te habla
con trabalenguas, no entiendes, te frustras, entonces en mis choros estará la
respuesta. Cuando el profe está resultando barrero, y te mira con ojos raros,
ya sabes. Llama ya y en mis choros encontrarás la respuesta. Cuando el
psicólogo te mira y no te dice nada luego que has relatado todos tus
dramas, en mis choros estará la
respuesta. Estos moluscos a punta de
cuchillo y limón se abren, y cuando ya están engullidos, sueltan toda la verdad
y con mi propio oxígeno te ayudaré a encontrar la ecología social de paz ,
armonía y respeto que todos debemos desarrollar al máximo. El cliente queda
siempre satisfecho con lo investigado y asunto resuelto. Por lo general voy a
domicilio. No doy tregua en la cosecha, porque en los choros está la respuesta. A los choros muchas veces hay que sacarlos
del canasto.
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