Interior Exterior

Perdí mis llaves y a tientas las busqué en medio de la vorágine de acontecimientos, elucubraciones, tropeles, travesías, intentos por abrir más los ojos; mis dedos dieron con algunas cucarachas en huida. En avanzada oscuridad me encuentro con la puerta cerrada, los candados firmes en su diseño. No puedo salir. En la escala aparecen libros cerrados, más es lo único que puedo abrir sin necesidad del manojo de llaves aún en el desconcierto.

Recorro la habitación, encuentro botellas de perfume vacías, encuentro maceteros con plantas secas, encuentro zapatos, travesías concluidas e inconclusas. Encuentro más libros que se abren pese a toda la noche encima. Mis dedos buscan, tocan, se permiten recorrer y reconocer, encuentran campanas, enchufes, aparatos celulares sin batería; encuentran cuchillos, cucharas, tenedores; encuentran platos rotos.

Las manos configuran un avance cuando va por linterna, pero la que encuentra no tiene pilas. Estoy  en el encierro, sin embargo necesito entrar para salir. Las llaves están dentro, pese a estar encerrado , estoy afuera. Pido que me abran, es la única manera de estar  y ocupar la voz.

Las manos tocan la puerta, los dedos se escudan en un puño.

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